Cuidados del perro
2023

16/09/2023

Septiembre es el mes de la vuelta al cole, al trabajo y a nuestras rutinas de siempre. A los perros les toca volver a quedarse en casa solos y algunos son incapaces de gestionar el estrés que les provoca la sensación de abandono. Como consecuencia, sufren ansiedad por separarse de la persona hacia la que sienten apego. Te damos las claves para prevenirla.

El origen de la ansiedad por separación no está del todo claro. Se sabe que hay perros que están predispuestos a la ansiedad. En algunos casos, puede ser que hayan tenido experiencias inadecuadas o insuficientes de socialización durante su etapa juvenil. En otros, se trata de perros con una conducta dependiente muy marcada, siguen a su amo sin descanso y se ponen nerviosos al perderlo de vista incluso dentro de la misma casa. Los perros adoptados que han experimentado numerosos cambios en su entorno suelen sufrir un desequilibrio emocional que les lleva a un apego excesivo. Como resultado, generan un estado de ansiedad grave en ausencia de su humano.

Síntomas de la ansiedad por separación

Cada perro refleja su ansiedad de una manera diferente pero, en cualquier caso, los veterinarios de la Real Sociedad Canina de España (RSCE) aconsejan actuar lo más rápido posible, antes de que se produzca una alteración de la conducta más grave. Estos son los principales signos que indican que tu perro sufre ansiedad por separación:

  • Se olvida de cómo y cuándo hacer sus necesidades. En este caso habrá que armarse de paciencia y volver a enseñarle de nuevo las conductas olvidadas.
  • Experimenta un exceso de energía. Podemos entender su actitud si tenemos en cuenta que durante las vacaciones hemos realizado con él muchas actividades que ahora cesan. Para suavizar el contraste es aconsejable evitar acortar los paseos, ya que es algo que tendemos a hacer a partir de septiembre tanto por falta de tiempo como porque la luz del día empieza a acortarse.  
  • Está triste. ¿Notas que está apático, menos participativo y busca estar a todas horas a tu lado? Si tiene pocas ganas de pasear, definitivamente su ánimo se encuentra en horas bajas. Además, puede que observes que tiene menos apetito que de costumbre y que duerme mal. No escatimes en mimos. Las caricias y hablarle tranquilamente le ayudarán a sentir seguridad.

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  • Provoca mucho escándalo. Cuando se queda solo en casa no solo ladra, sino que también aúlla. Los ladridos son rítmicos y persistentes. 
  • Su comportamiento es destructivo. Cuando regresas del trabajo descubres que ha destrozado los marcos de las puertas o las patas de las sillas de madera de la cocina, o que ha roto aquel objeto delicado que tanto te gustaba.  
  • Intenta escapar del área establecida. Si, precisamente para evitar el comportamiento anterior, has reducido su área de permanencia, puede que intente una y otra vez saltarse ese confinamiento para pasear a sus anchas por toda la casa.
  • Presenta estereotipias, es decir, patrones fijos de movimiento como andar todo el rato en círculos o en línea recta pero de manera repetitiva. Hay quienes deciden instalar una cámara para observar cómo se comporta su querido amigo cuando se queda solo en casa y poder determinar si realmente sufre ansiedad o necesita estar mejor educado.
  • Se muestra demasiado efusivo antes de marcharte y te saluda de manera aún más exagerada cuando vuelves a casa.
  • Babea y demuestra inquietud cuando te estás preparando para salir (e intuye que te vas sin él).

Pautas para prevenir la ansiedad por separación

La ansiedad que le provoca tu ausencia comienza, por lo general, en el momento en que tu perro percibe que te vas a marchar dejándolo solo en casa. Para prevenirlo, te damos algunos consejos sobre qué hacer y qué no hacer antes de salir.

Generar una relación afectiva sana, es decir, evitando el apego excesivo y la dependencia de su humano. ¿De qué forma podemos conseguirlo? En primer lugar, ignorándolo completamente cuando pide nuestra atención de forma insistente. Puede sonar radical, pero es efectivo. Dejaremos de mirarlo, hablarle o acariciarlo si se pone pesado y, por el contrario, lo haremos de manera cariñosa y sosegada sólo cuando esté tranquilo.

Ignorarlo antes de salir y nada más llegar. Esto incluye suprimir todo tipo de despedida, evitar decirle ‘adiós’ o hacer patente que te vas. No le hagas caso desde 30 minutos antes de salir por la puerta. Cuando regreses, míralo y hazle caricias cuando pare de saltar y llamar tu atención.

Jugar al despiste. Prueba a cambiar tus rutinas antes de salir de casa. Normalmente, todos tenemos un ritual como, por ejemplo, beber agua, ponernos el abrigo, los zapatos, coger las llaves, etc. Intenta no hacer todos los días exactamente lo mismo y en el mismo orden antes de marcharte para que no pueda predecir tu salida. 

Hacer falsas salidas de casa para despistarlo. Se trata de justamente lo contrario a lo anterior. Prueba a realizar el ritual de salida en diferentes momentos del día, pero sin llegar a salir. Poco a poco aprenderá que no debe ponerse nervioso porque, aunque parezca que te vas, al final no te vas. 

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Pasear y correr. Dar un paseo largo y realizar juegos que le exijan utilizar mucha energía hará que se relaje y tenga sueño (pero no lo hagas inmediatamente antes de irte porque se quedaría en un estado muy activo).

Dejar sus juguetes favoritos. Para que esté distraído y entretenido, dale acceso a sus entretenimientos preferidos, como un juguete interactivo relleno de comida, por ejemplo. Recuerda hacerlo sin hablarle ni mirarlo y repetir esta acción en otros momentos y contextos para que no lo relacione con la separación.

Restringir la zona. Especialmente si se trata de un cachorro, reduce su área de estar a una sola estancia hasta que se acostumbre.

NO a los castigos. Si cuando vuelves a casa descubres que el comportamiento de tu amigo de cuatro patas ha sido nefasto, no le castigues. Recuerda que el castigo a destiempo no es efectivo porque no lo entiende, lo cual le genera inseguridad y, por tanto, más ansiedad.

El mal comportamiento de tu perro provocado por la ansiedad por separación se puede corregir con paciencia y constancia. Si lo necesitas, siempre puedes recurrir a la ayuda de un veterinario especialista en etología que te ayude a establecer y seguir las pautas adecuadas para cada caso. 

 

RSCE
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