Pet Lovers
2023

31/03/2023

El efecto mágico de los perros en niños con autismo

La ciencia avala que los perros pueden cambiar la vida de niños con autismo y sus familias. Te contamos cómo.

Hoy es el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo https://diamundialautismo.com/ , una condición que afecta en España a una de cada 100 personas. Como pet lovers que somos queremos poner en valor los beneficios que un perro especialmente entrenado para ello puede aportar a niños con autismo. Los labradores o golden retriever son los más indicados para estos casos debido a que les gustan las personas, suelen tener un carácter dócil, son muy inteligentes y fáciles de adiestrar mediante comida y refuerzo social. Su adiestramiento lo realizan profesionales especializados, puede durar hasta dos años y es muy complejo.

El trastorno del espectro autista (TEA) es una condición de origen neurobiológico que afecta a la configuración del sistema nervioso y al funcionamiento cerebral. Afecta, fundamentalmente, a la forma de pensar y de comportarse, y a la capacidad para la comunicación e interacción con los demás.

Por lo general, los niños con autismo encuentran muy difíciles las situaciones sociales. Algunos tienen problemas para adaptar su comportamiento, les resulta complicado entender las emociones, no saben expresarlas de forma ajustada al contexto. Si hay mucha gente, mucho ruido, una situación imprevista, o si hay algo que quieren y no pueden tener, por ejemplo, no actúan como se esperaría según las normas sociales no escritas. Pueden llegar a llorar, enfadarse exageradamente, gritar o sufrir una crisis de ansiedad. Hay niños que no tienen habilidades sociales para comunicarse con otras personas y les cuesta adaptarse a nuevos entornos: ir al dentista, a la playa o a un centro comercial pueden vivirlo como una pesadilla.

Además, en demasiadas ocasiones su comportamiento es difícil de entender por quienes no están familiarizados con este trastorno y, como consecuencia, muchas personas autistas sufren la exclusión social.

Lo que puede hacer un perro de asistencia por el niño con autismo con

La Confederación Autismo España https://autismo.org.es hace hincapié en que no hay dos personas con autismo iguales. Comparten ciertas características, pero cada una de ellas tiene unas capacidades, intereses y necesidades diferentes. Por ello, los perros de asistencia atenderán unas necesidades u otras según sea el niño al que acompañen. Las investigaciones científicas corroboran que en la mayoría de los casos los perros provocan un efecto mágico en niños con autismo aportándoles seguridad, autonomía y socialización. Además de amor, por supuesto.

Aumentar su seguridad

Uno de los mayores beneficios de los perros para niños con TEA es que velan por su seguridad, ya que están entrenados para detectar conductas peligrosas. Reducen las conductas de fuga independientemente de la causa que las motive. Ya sea porque intentan alejarse de una situación de estrés o porque se marchan persiguiendo algo que ha captado su atención, como ellos mismos no son conscientes de los peligros que les acechan, ahí está su perro guardián para protegerlos. En el caso de que el menor haya desaparecido, son capaces de rastrearlo.

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Mejorar su gestión emocional

En casa, a muchos niños les encanta que el perro se tumbe encima de sus piernas porque esa ligera presión les calma. Esta acción se repite si el perro detecta señales de estrés, pues está entrenado para identificarlas.

Cuando la ansiedad aumenta, el perro detecta los síntomas y actúa antes de que se desate una crisis. Para ello, empuja suavemente al niño dándole toquecitos con el hocico o pone su cabeza en el regazo. De ese modo lo consuela y calma. En ocasiones, también lo tranquiliza jugando con él. Así, llama su atención y le distrae de aquello que le está estresando.

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Reducir sus alteraciones de comportamiento

La presencia del perro resulta de gran ayuda sobre todo en entornos nuevos o en lugares donde hay mucha gente y ruido. Por ejemplo, una visita al hospital, momentos en los que hay que soportar largas esperas, determinadas actividades del colegio o un viaje. Que el perro sea una constante en su vida hace que el niño pueda poner el foco en él en lugar de en el entorno que le abruma, lo que a menudo ayuda a suprimir los problemas de comportamiento. Como consecuencia, el niño es capaz de pasar más tiempo fuera de casa. El acceso de estos perros de asistencia a lugares públicos está permitido por ley.

Potenciar sus habilidades sociales

El vínculo que se crea entre ambos fomenta un comportamiento más social. Se reducen las estereotipias (conductas repetitivas habituales en personas con TEA), el niño tiene una relación más igualitaria con sus compañeros y puede desarrollar una vida socialmente más normal. Gracias a esto, los niños con autismo pueden ser capaces de permanecer más tiempo en la clase cuando están en el colegio.

Favorecer su aceptación social

Como el TEA no lleva asociado ningún rasgo físico diferenciado, a los demás niños (y a muchos de los adultos) les resulta difícil entender el comportamiento de las personas autistas. De hecho, en numerosas ocasiones las juzgan porque creen que su comportamiento es deliberado y las excluyen.

El perro provoca un efecto cautivador: despierta ternura y simpatía y hace que los demás se acerquen y miren a su inseparable amigo y protegido con otros ojos. Les da una visión más amable. Es decir, ayuda al resto de niños a comprender las diferencias en la forma en que otras personas piensan o perciben el mundo. Por tanto, fomenta la conciencia de los compañeros del cole sobre el autismo, la aceptación social, la empatía y la inclusión.

Hacerle compañía para dormir mejor

Muchos niños requieren la presencia de su madre o padre para poder conciliar el sueño. Esa sensación de compañía la encuentran también en su perro, que duerme junto a él y es quien le calma si se despierta por la noche.

En definitiva, los perros de asistencia, o de servicio, crean un ambiente más relajado y autónomo para los niños que tienen autismo y todo el mundo a su alrededor. Toda la familia experimenta una mejora en su interacción y convivencia diaria, lo que repercute en la calidad de vida y la felicidad del hogar.