Cuidados del perro
2024

15/01/2024

Te contamos algunas curiosidades sobre cómo juega y los beneficios que le aporta el juego a tu amigo más querido.

¿Sabías que el perro no es el único animal juguetón? El gato también juega, es probable que lo hayas visto escondiéndose para sorprender a gatitos amigos. O que lo haga incluso contigo. Algo semejante ocurre con otros mamíferos. Quizá has oído hablar de los delfines porque les encanta surfear las olas en grupo y crear anillos de burbujas para nadar a través de ellos. Hay elefantes que disfrutan haciendo toboganes de barro. Las ratas se tiran de la cola unas a otras para gastarse una broma. Determinados canguros juegan a cucu-trás dentro de la bolsa de sus madres y las focas se olisquean entre sí el hocico y la nuca para decir a sus amigos que es hora de que empiece la fiesta. Este tipo de comportamientos demuestra que para muchos animales jugar es vital. En el caso de los perros, además, cabe destacar que si se les niega sistemáticamente la oportunidad de jugar pueden convertirse en amigos ansiosos, agresivos y desobedientes.

¿Por qué juegan así los perros?

Para que comience el juego es necesario que el perro se encuentre en un entorno relajado, se sienta seguro y sin estrés. Uno de sus entretenimientos favoritos es el pillapilla. Un perro persigue y el otro huye, luego intercambian los papeles y así hasta que se cansan. Este tipo de juego les permite tomarse la licencia de cambiar de rol: ambos serán perseguidores y perseguidos independientemente de quién de los dos tenga el papel dominante habitualmente. Al mismo tiempo, la interacción da la oportunidad de que los perros de más tamaño mantengan contacto directo con los pequeños o más débiles durante más tiempo del habitual.

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El divulgador de zoología y autor del libro Un ser maravilloso (GeoPlaneta Ciencia), Jules Howard, estudió cómo actúan los perros en estas situaciones y comprobó que el juego mejora la relación de los perros entre sí. Le llamó la atención cómo, a mitad de la persecución, algunos perros se paran de repente y se quedan tumbados boca arriba. Howard descubrió que los perros grandes tienen este tipo de gestos con los de diferente tamaño o temperamento para darles ventaja. Otras veces, es una señal para que el juego continúe. En cualquier caso, lo primero siempre es conseguir llamar la atención, lo cual consiguen cruzándose de forma insistente por delante de su perro amigo o de su humano para meterse dentro de su campo de visión y ladrar, gemir… Todo con el fin de que ser visibles, les miren y quieran jugar con ellos.

La psicóloga cognitiva Alexandra Horowitz no sólo observó, sino que también grabó durante horas a diferentes perros jugando en el parque para estudiar después minuciosamente a cámara lenta cada uno de sus movimientos. En su libro En la mente de un perro (RBA) explica que el juego siempre comienza con una reverencia lúdica. Consiste en que el perro se inclina y estira las patas delanteras, apoya la cabeza en el suelo entre ellas, mantiene las patas traseras erguidas al máximo y mueve la cola muy rápido. Tiene la boca abierta, lo que indica que no hay tensión. Esta reverencia es una invitación al juego y es uno de los modos de comunicación que los perros heredaron de sus antecesores los lobos. Horowitz pudo ver, además, que cuando los perros ya se conocen entre sí modifican esta introducción haciéndola más breve y convirtiéndola en un salto rápido sobre el suelo y delante de su amigo. Y siempre con la cabeza inclinada y la boca abierta para que no haya duda sobre sus buenas intenciones.

En cuanto a jugar con sus humanos, los pet parents sabrán que les encanta jugar a  perseguir una pelota y traerla. A falta de pelota, cualquier juguete apto para perros o un disco volador o frisbee. Si no se dispone de un espacio amplio, el tira y afloja les divierte y nunca se cansan. Hay cientos de posibilidades para pasarlo bien con tu perro. Él, como siempre, agradecerá la atención que le dedicas tanto como la diversión, así que no escatimes tiempo: los expertos coinciden en que el juego mejora el vínculo del perro con sus humanos. Es importante resaltar, además, que los juegos donde hay bastante contacto físico con otros perros o con personas, y que exigen un consumo alto de energía, les ayuda a bajar el nivel de ansiedad.

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Siempre serás su prioridad para jugar

Uno de los hechos más sorprendentes observados en las investigaciones realizadas en la Universidad de Bristol (Reino Unido), según recoge Howard en su libro, es que un perro siempre preferirá jugar con un humano antes que con otro perro o un segundo juguete. Lo más asombroso es que los perros cambian el estilo de juego según sea su compañero de batalla. Jugando al tira y afloja con su humano, los perros siempre terminan soltando la cuerda, es decir, dejan ganar a su querido pet parent. Por el contrario, jugando al mismo juego con otros perros, el objetivo es ganar a toda costa y el juego es de todo menos cortés. 

Por otra parte, los científicos han comprobado que después de jugar los perros son más receptivos a aprender cosas nuevas. Quizá tú mismo has observado que tu perro es más obediente y presta más atención a lo que dices después de un rato de juego. Por ello, se recomienda aprovechar para enseñarle cosas nuevas o realizar las sesiones de adiestramiento después de jugar, en lugar de darles tiempo de juego a modo de premio tras la clase. 

 

Un ser maravilloso

En la mente de un perro